La poesía liberó mi ser.
Me fue ceñida una corona
de espinas.
Y las aves volaron de su
nido
Como el desprendimiento
Que nos escinde en dos.
La visión provino con el
rayo.
Y entonces creí, ¡en él!,
entrever mi preciado jardín.
Hefesto, yo que os estimo
profundamente
Os pido, venid conmigo:
"Oh ebriedad"
"Oh melancolía"
Sin piedad de mí: Golpea
este metal
Hasta que este brazo
fulgure.
Aún soy consciente de esta
proeza que bulle.
De esta locura que amaina,
que animo.
¡Aún no he terminado de
pecar!
La poesía nos ha
irradiado
¡Nos ha irritado!...
visiblemente.
¡Oh! Melancolía: Libar el
pecado de la luz...
¿No era eterna la vida?
¿Cómo volver a libar?
¿Bajo qué climas?
¿En qué momento te
encontraré?
¿Por qué senderos he de
buscarte
Y encontrar tu senda? ¡Te
encontraré!...
¿¡Y ha recompensa de qué
Toda esta miseria tenemos que soportar!?
Alguien ha escondido un
secreto aquí... ¡Lo sé!
Mi sensibilidad radica en
mi vanidad.
¡Y ahí! en el fondo del
fango
Siempre me espera la
poesía.
El safari y el asesinato
Han sido siempre
Dos de los grandes
talantes
De la faz de mi espíritu.
...Con la mirada cegada en
la visión
Puedo decir que estamos en
acuerdo.
... ¡El quejoso rebaño!
¿¡De qué otra forma podría
yo llegar!?
... Ja¡ Ja¡ pero bien...
¡Éste será nuestro
secreto!
¡Oh! Poesía, ¡Oh! Alma
consagrada...
Me he ofrecido ha tu
estudio y cuidado
Con intensidad.
Te he bendecido con mi
fortuna, mi destino.
Y todo lo inaudito lo he
descubierto contigo.
Pero ahora debo regresar a
la carne...
¡Bendita sea la máscara!
...